Los montes están sucios, los incendios se apagan en invierno o los bosques no hay que tocarlos: respuesta de Greenpeace a algunos errores en el debate sobre incendios.

La situación tan dramática de incendios que estamos viviendo son resultado de muchos factores. Nuestros montes sufren temperaturas extremas, olas de calor y del agravamiento de los períodos de sequía fruto del cambio climático, que tienen como resultado la sequedad de la vegetación. Aumenta la inflamabilidad, es decir: arden más fácilmente. Estamos ante un territorio más caliente, más seco, más inflamable y más abandonado que sufre incendios más frecuentes y devastadores. Por tanto, es urgente que se invierta en nuestros montes y en las actividades rurales para conseguir paisajes más resilientes.   Porque si no se gestionan lo gestionarán las llamas de forma dramática y lo que perdemos es incalculable. Y más en un país con ¾ partes de su territorio en riesgo de desertificación (que no desierto, importante).

En estos días, se habla mucho de la importancia de limpiar nuestros montes, de cómo ciertas posturas ecologistas no dejan tocar los bosques y de que los incendios se apagan en invierno o de que somos contrarios a las quemas.  En este post me gustaría aclarar algunos de estos puntos:

  1. “Hay que limpiar nuestros montes”

    Se ha popularizado mucho esta expresión pero recordemos que los bosques no son parques ni jardines y, por lo tanto, no “están sucios”. Los ecosistemas forestales no solo  están formados por árboles sino que son ecosistemas complejos donde también habitan especies herbáceas, matorral, arbustos, árboles muertos en pié y ramas y troncos caídos en el suelo. Cuanta mayor es esta diversidad biológica y estructural, más biodiversidad alberga, mejor es el estado de conservación y mayor es su resiliencia. 

    Pero mientras que algunos bosques y espacios protegidos deben ser gestionados para mantener esta complejidad y diversidad, gran parte de nuestro paisaje forestal es producto de muchas intervenciones humanas cuando no de su abandono. El resultado son masas forestales poco naturales, muy alejadas de la madurez y muy vulnerables ante plagas e incendios. Por eso, y ante el riesgo de grandes incendios forestales, es importante establecer estrategias de reducción de la densidad del arbolado, el matorral o el pasto en determinados lugares para evitar el exceso y la continuidad del combustible, de esta manera el incendio puede frenar porque no dispone de alimento. Por eso, cuando se habla de “limpiezas”, en realidad se habla de gestión e iniciativas como franjas de seguridad en urbanizaciones y espacios habitados, de cortafuegos, iniciativas para fomento de ganadería extensiva y pastoreo para reducir la carga de combustible, del aprovechamiento de la biomasa con fines energéticos, de la posibilidad de realizar quemas prescritas (controladas) que imiten los incendios de baja intensidad, etc. 

    Greenpeace y una gran parte del movimiento ecologista entiende la necesaria  gestión forestal de gran parte de nuestros ecosistemas forestales.

  2. Sobre el uso del fuego

    Una parte considerable de los incendios forestales que se han declarado durante las últimas semanas han tenido un origen natural, el rayo. Nuestros ecosistemas forestales conocen el paso del fuego y están adaptados a un determinado régimen de incendios naturales. Así, las especies vegetales mediterráneas han evolucionado adoptando estrategias rebrotadoras o de germinación post-incendio. El fuego es, pues, un modelador de nuestros paisajes.

    Y las comunidades rurales han utilizado durante milenios el fuego como herramienta de gestión. Pero hay que buscar alternativas al uso del fuego porque no se puede quemar como se quemaba antes, ahora hay más peligro, por eso se autorizan menos quemas. 

    También, el uso del fuego con carácter preventivo (quemas prescritas) o durante el incendio (fuego técnico), son herramientas y técnicas para reducir la biomasa y evitar un comportamiento más virulento del fuego. En este sentido, esta técnica solo puede ser ejecutada por personal experto  formado para reducir carga combustible generando estructuras de vegetación y poder predecir el comportamiento de los incendios forestales (modelos de combustible forestal). También se usa el fuego para extinguir el incendio (contrafuego).

  3. “Los incendios se apagan en invierno”

    Los incendios se apagan en invierno” es una expresión que se ha utilizado para incidir en que no basta solo los esfuerzos en la extinción de incendios, sino que hay que abundar en políticas de prevención de incendios durante todo el año y la necesidad de tener profesionales trabajando durante todo el año en los montes. Si quisiéramos hablar de ausencia de prevención, sería más apropiado decir que la falta gestión del monte español es un problema estructural que se ha producido tras el abandono del medio rural durante la mitad del siglo XX. 

    Los incendios se apagan cuando se producen, es decir, durante todo el año. Cada vez más, los incendios forestales son un problema que afecta durante gran parte del año y en todos los territorios. No solo en verano, hay incendios en otoño, invierno y primavera; en invierno y primavera en la montaña cantábrica y zona noroeste, aunque no son tan mediáticos; y hay incendios en verano en gran parte del territorio ibérico, incendios que debido a las condiciones ambientales y meteorológicas adversas suelen derivar en grandes incendios forestales que producen mucha mayor alarma social e interés mediático.

  4. “La única solución es repoblar”

    Nuestro paisaje ha sufrido con los cambios demográficos: el abandono del medio rural, de cultivos, falta del aprovechamiento de recursos forestales, falta de gestión forestal, etc que ha supuesto un aumento de la superficie forestal en España en casi 4 millones de hectáreas (1962 a 2019). Estas hectáreas no suman como bosque sino que contribuyen a una masa vulnerable, continuada, no gestionada, más inflamable que favorece la propagación de grandes incendios forestales. 

    Como resultado, España es el tercer país de la UE en superficie forestal después de Suecia y Finlandia). 

    A pesar de que es cierto que los bosques y los árboles son un elemento necesario para combatir el cambio climático y mitigar sus peores impactos, la solución no es plantar árboles ni sembrar semillas de manera masiva sin criterios claros (como muchas iniciativas que surgen y que así justifican actividades muy contaminantes) . Es necesario focalizar nuestras actuaciones en la importancia de una gestión forestal de masas existentes, una planificación de actuaciones, criterios definidos de selección de especie (climáticos, edafológicos, orientación, etc.), de otra manera contribuirán más al problema al sumar combustible para el fuego.

  5. Entonces, ¿cuáles son las medidas urgentes cuando se extingue el incendio?

    Tras el drama de un incendio forestal, nos surge la necesidad de restablecer la masa forestal lo antes posible, con muchas peticiones de replantar la zona quemada, sin embargo no es la primera medida que tenemos que tomarLas primeras actuaciones de emergencia serán frenar los procesos erosivos actuales, controlar las posibles avenidas y favorecer la regeneración natural de la cubierta vegetal. También realizar construcciones provisionales en arroyos, ríos, lagunas para evitar que los sedimentos. Otra actuación de emergencia es la saca de la madera quemada para evitar riesgo de propagación de plagas y enfermedades en plantaciones forestales, teniendo en cuenta que la extracción no sea por arrastre de troncos para evitar erosionar el suelo yno dañar la regeneración natural. Posteriormente, se observará la capacidad regeneradora de la zona afectada y se establecerán las actuaciones precisas para recuperar la masa forestal (repoblación, siembras, seguimiento de la regeneración natural, acotado de ganado). Recordemos que el fuego es un elemento natural que forma parte de los fenómenos que modelan el paisaje, especialmente en el área mediterránea. Por ello, gran parte de las especies vegetales del área mediterránea tienen algún tipo de adaptación al fuego Conociendo las adaptaciones de la vegetación es importante esperar a repoblar para ver cómo evoluciona la superficie quemada. Dar tiempo para ver cómo se abre paso la regeneración natural de las especies con las estrategias que comentábamos antes. 

    Por otro lado, importante, si no se pide voluntariado tras un incendio, no promover ni apoyar la salida de voluntariado a zonas recientemente quemadas, porque se interferirá en las medidas urgentes de protección de suelo y en las investigaciones en terreno sobre las causas del incendio.

Entonces, ¿Qué propone Greenpeace?

Sí, el cambio climático agrava los incendios forestales y es urgente reducir las emisiones para no superar 1,5 ºC, ya estamos viendo sus impactos. Impactos que sufren nuestros bosques por lo que hay que gestionarlos de forma prioritaria.

En el escenario donde transcurre el fuego, no podemos cambiar topografía, ni meteorología pero sí hacer actuaciones en el paisaje para evitar estos días dramáticos. Incendios va a ver pero no pueden llegar a este nivel. Por tanto, los incendios forestales se previenen y apagan cuando se negocian los presupuestos, momento en el que se ve el interés real por implantar políticas de gestión forestal y dinamización del medio rural que vayan más allá de las políticas de extinción del fuego. Urge priorizar recursos económicos para incentivar la economía rural de los pueblos, fomentando actividades que generen paisajes fragmentados (mosaico) que ayuden a reducir el riesgo de propagación de grandes incendios forestales.

Los mundos rurales, nuestros pueblos y su actividad productiva sostenible, son clave para nuestra supervivencia y la de nuestros bosques. Apoyar los productos rurales sostenibles de cercanía se traduce en el fortalecimiento del medio rural, la fijación de población y, por tanto, en la mitigación de la emergencia climática y la pérdida de biodiversidad que estos días asolan nuestros bosques.

En este informe Informe Proteger el medio rural es protegernos del fuego. Hacia paisajes y población resilientes frente a la crisis climática» puedes ver las demandas.

  • Relativo a la España vaciada (despoblación rural)
  • Relacionadas con el sector primario
  • Relacionadas con la prevención de incendios forestales.
  • Relacionadas con el fomento del consumo de productos rurales.